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periodística
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Privacidad on line: Facebook

Por Tania Monochio

Vivir en la era digital implica tener que adecuarse a un escenario cada vez más fluctuante donde las relaciones humanas, la sociedad y la cultura sufren transformaciones.
Internet transforma nuestras vidas. Configura lo que pensamos sobre nosotros, el resto de la gente y el mundo que nos rodea de una forma en la que no somos conscientes. La vida online ha llegado a inmiscuirse tanto en el hombre que hace que uno se pregunte si podría vivir aisladamente del mundo cibernético.
Es etiquetado a nivel mundial como el medio de comunicación e información elegido por excelencia, donde el espacio permite realizar diversas actividades como buscar información, comprar, jugar, establecer relaciones, etc.
El Facebook, la red social más importante del mundo, entre otros efectos que genera, modifica la modalidad en que la gente presenta sus vidas internas al público y donde el sentido del yo depende exclusivamente de la validación de los demás. La frontera entre lo público y privado es fluida e intercambiable provocando una sensación de una irrealidad general sobre uno mismo y sobre su entorno. Es así como surge la necesidad de crear y mantener relaciones entre los Internautas de las redes sociales como forma de preservar los intereses. Exhibirse individualmente, relacionarse virtualmente en grupos, integrar comunidades para recordar juguetes de la niñez como también venerar celebridades o alzar la voz contra son algunas de las posibilidades que brinda este medio.
Daniela Gutierrez, expresó en una nota que “los usuarios se unen a grupos desde la iniciativa y que la gente acepta invitaciones sin pensar. Se unen sólo porque sus amigos lo hicieron”. Se observa cómo interviene la adscripción identitaria en este juego de relaciones: “yo soy Flogger y me sumo a un grupo de floggers pero no hago nada más”. Esto es una ventaja para las empresas como el Facebook cuyo objetivo es juntar la mayor cantidad de usuarios que, sin que nadie los obligue, exponen sus gustos y preferencias en grupos virtuales.
Esto supone una amenaza para la privacidad de los individuos ya que cada vez más gente tiene menos problemas en proporcionar información sobre sí misma a la vida online y la misma también es utilizaba por el Centro de Inteligencia norteamericana, el cual almacena todos los datos y relaciones que llevan a cabo las personas en la red.
No hace mucho, la vida privada también se hacía pública pero todavía se la consideraba una experiencia intima real. En la actualidad, se generalizó ampliamente hasta tal punto en que las personalidades tienen como finalidad salir a la luz. Lo que muchos no saben aún es que los contenidos proporcionados por los usuarios en la red social son captados y utilizados por el Facebook y controlados por la CIA.
El Facebook es un ejemplo para demostrar que la identidad de todos pende de un hilo. Es la red de socialización elegida por niños, jóvenes y adultos. Su creador, Mark Zuckerberg a la edad de 25 años, tenía como aspiración que los que los usuarios pudieran subir tanta información como quisieran. Pero jamás imaginó que su invención pudiera tener una repercusión tan positiva por los usuarios en el mundo cibernético. Transcurridos 5 años desde su aparición, Facebook es una industria que recluta gente en la que no existen límites en su crecimiento, es una industria en permanente evolución. Estimativamente 175 millones de usuarios eligen este universo y el mismo sigue creciendo 2 millones más por semana. Si bien el éxito que persigue es inmenso no todo es perfecto en este universo. El enojo cobra relevante fuerza ante las personas que se preguntan qué se hace con la información privada de cada uno de ellos. Y es aquí donde surge este interrogante: ¿cuántos de los usuarios de Facebook se tomaron el tiempo necesario para leer el contrato y prestarle atención a las advertencias de la letra chica? Las reacciones contrarias se desataron cuando el sitio Web cambió imprevistamente sus políticas de privacidad.
Para ello se redactó una cláusula que apareció en el blog del Facebook que implica que una vez registrado, el usuario tiene la posibilidad de publicar contenidos en cualquier parte del sitio Web y al hacerlo, automáticamente cede sus derechos totales de cualquier contenido creado dentro de la red social para ser usado por la compañía como le parezca de forma perpetua y sin posibilidad de revocar esos derechos. Es decir, es una licencia irrevocable, no exclusiva, transferible y, totalmente paga que tiene la posibilidad de usar, copiar, publicar, reformatear, traducir, resumir y distribuir dicha información y contenidos como quiera, como también para incorporarlos a otros trabajos. Los mismos pueden ser fotos, videos, textos, etc.
Facebook, un servicio con supuestos rasgos de amistad para los internautas se convierte así en un minucioso y detallado perfil de cada usuario a partir de sus gustos personales: grupos a los que se adscribe, páginas de los que se vuelve fan, música que escucha, etc. Ante las denuncias de los usuarios, el joven creador de la red social Mark Zuckerberg prometió que el sitio “no compartirá información en una forma en la que los usuarios no quieran”. ¿Se respetará esto? ¿Cuál es el destino final de la información de cada internauta?
Otro dato a tener en cuenta es que la CIA invirtió casi 30millones en Facebook, la red social más popular de Internet. Esto se esclareció a partir de la publicación de un aviso en donde afirmaba que la Central de Inteligencia estadounidense tiene como objetivo reclutar empleados entre los usuarios del Facebook para un servicio denominado National Clandestine Service o Servicio Clandestino Nacional. Por su parte, Facebook estaría utilizando un sistema lanzado en el año 2007 denominado “Beacon”, el cual consiste en hacer un seguimiento de las actividades de todos los usuarios y sus asociados, incluyendo también a aquellos que desactivaron sus cuentas en este sitio Web. Las acusaciones giran en torno a la “violación de la privacidad” provenientes de las aplicaciones de este sistema.
Desde ese momento los usuarios están discutiendo online dos documentos: los principios del Facebook, que contienen los valores de la empresa sobre su privacidad y supervisión y la Carta de Derechos y Responsabilidades, que corresponde al tema de si violan o no.
A su vez, otro de los personajes inmiscuido en el mundo del Facebook es René Girard quien sostiene que “el comportamiento humano funciona por deseo mimético”, un concepto muy utilizado en operaciones de inteligencia y afirma que “que la gente se mueve como un rebaño y se copia una a otra sin mucha reflexión. Todo lo que se necesita saber es que los seres humanos tienden a moverse en manada”.
En total son 16 los servicios de inteligencia que participan en esta red social incluyendo
en primera instancia a la CIA, el Pentágono y el Departamento de Defensa, entre otros.
Con los contenidos recolectados establecen los perfiles psico-politicos y los cuadros de contacto de cada uno de los usuarios. Entonces usar Facebook implica que el usuario esté de acuerdo en la transferencia de sus datos personales para ser procesados en los Estados Unidos.
La población del Facebook crece a cifras millonarias y esto hace que la CIA acceda a una enorme base de datos que contiene todas las relaciones de las personas desde la infancia y a lo largo de su vida. No cabe duda de que la CIA se convierte en el espía perfecto que tiene al mundo entero en sus dominios y en sus archivos también. Todo esto demuestra que gracias a este medio no es necesario contratar detectives para conocer y seguir de cerca a los individuos ya que cada uno de los usuarios se encarga de contar todo sobre su vida, gustos y preferencias.

Mayo 2009-05-22


Nueva sección de opinión producida por los periodistas
que han escrito en las páginas
de El Mirador